Suave brisa
Finalmente decidí levantarme, después de muchos intentos fallidos a causa de mi pereza, el suelo estaba frío y mis pies desnudos parecían quejarse, pero yo no prestaba atención a aquellas quejas, me preocupaba más despertar al chico que estaba a mi lado aun dormida.
Me acerqué lo suficiente al escritorio para coger una chaqueta y me la puse por encima mientras me dirigía a la escalerilla que daba al tejado de casa.
Mis pues seguían quejándose, pero cada vez menos hasta que , finalmente,al llegar al tejado y sentarme ,estas cedieron.
No pude evitar sonreír y cerrar los ojos cuando empecé a notar la suave brisa de esa mañana de febrero en la cual todo era blanco y rosa a la vez.
Me acerqué lo suficiente al escritorio para coger una chaqueta y me la puse por encima mientras me dirigía a la escalerilla que daba al tejado de casa.
Mis pues seguían quejándose, pero cada vez menos hasta que , finalmente,al llegar al tejado y sentarme ,estas cedieron.
No pude evitar sonreír y cerrar los ojos cuando empecé a notar la suave brisa de esa mañana de febrero en la cual todo era blanco y rosa a la vez.
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